La inflación ha superado todas las previsiones en España. Está situado en su máximo desde el año 1992. Los precios de la Electricidad, carburantes y gas han seguido incrementando cada vez más desde el último año, siendo estos elementos indispensables para nuestra empresa dentro de cualquier sector. Por eso hoy venimos a contarte como afecta a una pyme el repunte de la inflación.
¿Cómo está afectando a las pymes este repunte?
Esto está llevando a muchos empresarios a vivir con una preocupación constante, ya que la gran subida de precios entorpece y perjudica tanto al crecimiento empresarial, como al coste de producción, por lo tanto, aumentan los costes y si queremos mantener nuestra empresa a flote, no podemos aumentar de manera muy elevada los precios. Esta amenaza ha ido logrando un mayor peso. El incremento ha sido tan alto, que la demanda global de bienes y servicios ha roto la cadena de suministros. La consecuencia de la misma, está impidiendo producir y transportar a tiempo todo lo que empresas y ciudadanos solicitan.
Cómo afecta la inflación a la producción.
El encarecimiento en las materias primas, reducen los márgenes, y esto perjudica la recepción de mercancías para poder seguir produciendo y, por lo tanto, implica a cerrar fabricas. En un mal escenario, las empresas pueden ver comprometidas seriamente sus expectativas de beneficio; en el peor de los casos, les puede resultar más rentable dejar parada su actividad para no ver amenazada su propia supervivencia económica.
Consecuencias para una pyme de una inflación desbocada
Es cierto que para una empresa multinacional, la inflación puede traer perdidas millonarias. En las pymes las consecuencias pueden ser nefastas desde el punto de vista de la tesorería, con el riesgo de que no se pueda acometer una eficiente gestión del circulante al incrementarse el coste de las materias primas y, en general, de la producción.
En líneas generales, puede hablarse de que la inflación afecta a las pymes en:
- Sus ventas: Con el tiempo, la inflación afecta negativamente al consumo. Los compradores ven marcado su poder adquisitivo al encarecerse los precios. Esto produce un efecto psicológico por el que se privilegia la adquisición de bienes de primera necesidad, posponiendo otras decisiones de compra para más adelante.
- Su cuenta de pérdidas y ganancias, aunque se mantenga la facturación, en realidad, se está menos producto, lo que significa un menor margen de rentabilidad. Al no cumplirse con los objetivos financieros marcados, se dificulta el poder realizar inversiones en I+D o en llevar a cabo acciones de recompensa y de estímulo sobre el capital humano.
La relación con los proveedores.
El encarecimiento general de precios, reduce los pedidos y estos, a su vez, ven resentidas sus cuentas. En los casos más extremos, si solo dependemos de un proveedor, esto puede afectar seriamente a nuestra producción. Por esta razón siempre deberíamos tener más de un plan por si tuviéramos problemas con los suministros mínimos para poder seguir con nuestra producción. La inversión en nueva maquinaria, la reforma de las oficinas o la entrada en un mercado internacional son susceptibles de posponerse si la coyuntura es menos proclive de lo habitual. No llevar a cabo este tipo de iniciativas condiciona sobremanera el rendimiento de una organización de cara al medio y al largo plazo.
¿Es posible para una pyme estar preparada para la subida de la inflación?
Podríamos decir que sí y a la misma vez no. La inflación desbocada y crecimientos más bajos de lo esperado afecta a todo los sectores empresariales. Si una gran multinacional ve cómo sus planes estratégicos se resienten, lo más probable es que también le ocurra a una pyme. Sin embargo, sí que es posible trabajar con antelación en intentar minimizar los posibles efectos negativos de esta situación, a través de la elaboración de planes de emergencia en base a distintos supuestos.
Por ejemplo, y centrándose en esta problemática en concreto, una buena solución para prevenir y anticiparse a los acontecimientos futuros que contablemente pueda venir a nuestra empresa, es simular presupuestos futuros. Fijándonos estrategias y siempre pudiendo crear diversos escenarios. Así sabremos si logramos los objetivos que nos estamos marcando, o si no se están cumpliendo poder ver dónde estamos fallando.
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